jueves, septiembre 21, 2006

Crónicas apocalípticas

Chica robotica
El fin de la tecnología es el mejoramiento de la calidad de vida del ser humano. Como producto mental, parte de las necesidades básicas de los individuos plasmadas por la naturaleza en la antesala de sus conciencias. Los actos complejos del ser humano siempre tienen como consecuencia un fin simple definido por sus necesidades básicas, y en la razón absoluta de las ideas, estas no tienen más propósito que permanecer inalterables para sostener la perpetuación de la vida de las especie. Este es el fin de las ciencias.
Al ser las ciencias solo modelos probabilísticos de una realidad inasible, son restringidas a lo que nosotros hagamos con ellas. Sin embargo, aún en su restricción, avanzan a pasos agigantados y afectan nuestras vidas de una manera profunda y a la vez sutil.

La nanotecnología, la inteligencia artificial, las redes neuronales, la robótica,  la ingeniería genética, la informática molecular, la nanoelectrónica, la fotónica y la spintrónica, la computación cuántica, los modelos de simulación complejos y la tecnología espacial penetran profundamente en la esencia del mundo y lo transforman, sus estructuras son modificadas por la mano del hombre que usa el conocimiento como su herramienta, despliegan redes que se entremezclan con los mitos humanos, con las creencias, abarcan todo lo que nos rodea. Solo basta ver al papa usando amplificadores para comunicarse con sus creyentes para entender como ha afectado la tecnología incluso a los misticismos más profundos del ser humano. Y en esta sociedad decadente (la decadencia es producto de la falta de aceptación del cambio), las redes creadas tras las conciencias sostendrán el nuevo mundo venidero, y destruirán el actual como una advertencia de su poderío...

Crónicas apocalípticas.

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